Magnum Crudivegano Choco-Avellana
Sentada en la silla, recién me acabo de comer una de estas exquisiteces y no se ni que decir. Te diría: Deja de leer este texto, ve directamente a los ingredientes, mira en tu despensa y si te falta alguno, sal ahora mismo a la calle a comprarlos. ¡No tardes ni un minuto más de lo necesario en ponerte a ella!.
Pues la verdad, casi me sobran las palabras. En este caso particular casi prefiero que te pongas inmendiatamente con ello, para que veas lo fácil que es. Tengo ganas de que pruebes el resultado, que lo prueben tus allegados, y de ser posible, me gustaría pedirte que esta vez seas tu quién le pongas las palabras a mi creación.
Si alguien me preguntase cual es mi receta favorita del blog. Sin pensarlo dos veces diría que esta (estoy orgullosa de este helado, ¿se nota verdad?) ¿Porqué? Porque creo que he conseguido la perfección. Veamos:
1. No se necesita máquina para hacer helados. Gracias a la mezcla con el plátano queda cremosísimo (si no te gusta el plátano, no te preocupes, su sabor pasa totalmente desapercibido).
2. Es vegano, mejor dicho, crudivegano para ser exactos, lo que significa que ni siquiera contiene soja (ingrediente del que se suele abusar en dietas veganas y que a diferencia de lo que se cree, no es en absoluto saludable, pues además de ser un grano que se procesa hasta la saciedad para poder dar forma a todas sus versiones, éste es muy indigesto, contiene ciertos anti-nutrientes que inhiben la absorción de otros minerales y además parece que puede afectar negativamente a la glándula tiroides, entre otras cosas de un listado que es digno de conocer). En estos helados, a excepción de los anacardos, todos los ingredientes son alimentos vivos, es decir, alimentos que mantienen intactos todos sus nutrientes y enzimas, de manera que nuestro cuerpo los reconoce como alimento y puede sacar el máximo beneficio de ellos.
3. No es excesivamente alto en grasa, una vez más, gracias al plátano, aunque es cierto que no seré yo quién te incite a que te comas dos. Es mucho mejor tomarlos como un capricho ocasional.
4. Porque con esta receta fácilmente seduces a cualquiera (niños, mayores, veganos, vegetarianos, carnívoros o lo que sea) si le gusta el helado y le gusta el chocolate, prometido que te lo metes en el bote. Con lo que invitar a estos helados es una buena manera de enseñar que una alimentación limpia y libre de productos animales es posible, sin renunciar al placer.
5. Porque puedes hacerlos en serie y asegurarte caprichos para largo, pues se conservan muy bien en el congelador.
Esta receta, a la que tanto cariño tengo, formó parte de mi taller de helados de este verano y es una versión de una receta de mi librito “Delicias de Verano“, por lo que no la iba a publicar en el blog. Pero tras estar haciéndola ya desde hace meses, lo cierto es que me ha parecido feo seguir guardándola bajo llave. Cada vez que la hago es una fiesta, gusta a todo el que los prueba. Pienso que maravillas como estas se tienen que compartir. No me la puedo callar, porque mi deseo más sincero es acompañaros, ayudaros a descubrir y disfrutar del arte de comer saludablemente, sin necesidad de renunciar al placer. Si con este blog yo consigo seduciros y animaros a cambiar o mejorar vuestros hábitos de alimentación, si con mis recetas yo os hago más fácil la evolución, si puedo servirte para que tu igualmente seduzcas a los que se encuentran a tu alrededor. Yo con eso, queridos amigos míos, me siento realmente feliz.
Esta receta merece ser compartida, difundida, conocida. No hay helado de chocolate más inocente, más cremoso y más sano que este (a no ser que nos vayamos directamente al helado de plátano congelado). Esta receta es el claro ejemplo de que es innecesario comprometer nuestra salud cada vez que deseamos darnos un capricho.
Y como he dicho al principio del post, aquí os la dejo, sin más demora, la receta. Esperando con muchísimas ganas recibir vuestra opinión.
** Los moldes que he utilizado son de Silicona, gogelea: molde se silicona Magnum Mini y te aparecerán lugares donde comprarlos.
❤
MAGNUM CRUDIVEGANO CHOCO-AVELLANAS
- Cantidad: 14 heladitos
- Tiempo: 15 minutos + 8 horas congelado + 15 min cobertura
- Utensilios necesarios: batidora potente + moldes de silicona para helados
Ingredientes helado:
1T-140g anacardos remojados 2h
400g plátano maduro
¼ T agua (o un pelin menos)
1/3 T de cacao
12 dátiles
3 C aceite coco
½ c vainilla
400g plátano maduro
¼ T agua (o un pelin menos)
1/3 T de cacao
12 dátiles
3 C aceite coco
½ c vainilla
Ingredientes cobertura chocolate:
½ T aceite de coco
½ T cacao crudo
¼ T agave crudo
avellanas crudas
½ T cacao crudo
¼ T agave crudo
avellanas crudas
Preparación:
1. Enjuaga y escurre los anacardos previamente remojados 2h.
2. Pon el la batidora todos los ingredientes a excepción del aceite de coco y tritura hasta conseguir una crema. Prueba y ajusta de cacao o dulce si crees que lo necesita.
3. Añade el aceite de coco derretido y vuelve a triturar para que se incorpore bien.
4. Rellena los moldes de silicona, coloca los palitos y lleva al congelador toda la noche (o unas ocho horas) para que se solidifiquen bien.
5. Con la ayuda de un buen cuchillo, pica las avellanas. Reserva.
6. Para la cobertura de chocolate, derrite el aceite de coco, añade el cacao y el agave y mezcla bien, asegurándote que queda bien incorporado.
7. Retira los helados de los moldes, baña en la primera capa de chocolate, reboza con las avellanas, espera un instante para que solidifique y vuelve a sumergir en el chocolate. Colócalos sobre un papel anti-adherente.
8. Si no puedes resistirte, ¡ya puedes empezar el festin! Y si no, reserva en el congelador dentro de un tapper hasta su consumo.
Por cierto, están mucho más ricos si los dejas descongelando 5 minutos antes de hincarles el diente. ¡Resiste, que merece la pena! ;-)
*Nota: El chocolate de la cobertura hazlo idealmente en un molde ajustado al tamaño de los helados, para que sea fácil cubrirlos de una vez. Te sobrará cobertura, puedes guardarla en un molde de silicona hasta una próxima vez.
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